Quiquelandia (1)
La historia del mágico reino dominado por las hadas
Érase una vez un reino en un lugar muy, pero muy, pero muuuuuy lejano, ubicado justo en la esquina de los reinos de Querétaro y Guanajuato, existía un escondido reino donde reinaba la armonía, la paz, el progreso y el enriquecimiento para todos sus habitantes. Este mágico reino se llama Quiquelandia, gobernado por un tierno y joven rey llamado Quique Arvizu, que creía que todo era felicidad para sus habitantes y para conmemorarlo siempre se tomaba unas vacaciones antes de tiempo en su reino extranjero favorito: Disneylandia.
Anteriormente, el reino se llamaba Sanjo y era reinado por Javier el malo, quien a su vez, había sucedido en el trono a Miguelito el piadoso y éste a su vez de Fito, el rey sol (azteca).
Así pues, Quique había heredado su reino de Javier el malo, quien había gobernado anteriormente imitando el estilo de un chivo en cristalería. Cuando Javier el malo dejó el trono, todo el pueblo suspiró aliviado. “Peor gobernante no podemos tener”, dijeron los habitantes de tan desdichado reino que no sabían lo que el destino les deparaba.
Pero lo que el propio rey chiquito, llamado Quique, no sabía es que él mismo era víctima de un conjuro de una malvada bruja que lo maldijo para que siempre viera todo color de rosa y no pudiera ver las desgracias que padecía su pueblo. Tan bien creía que iba su gobierno, que decidió cambiar el nombre del reino y dejar atrás el nombre sin sentido de Sanjo para llamarse Quiquelandia.
Así, mientras su amado reino era presa de la violencia, la inseguridad, el alcoholismo, drogadicción y demás males, Quique seguía viendo todo magnifico. “Ahora sí vamos a ser el municipio número uno, le vamos a ganar a mi antecesor, Javier el malo”, pensaba el ingenuo Quique y se felicitaba a sí mismo por ser un gobernante tan eficaz.
Dentro de su maldición, el buen Quique no se daba cuenta de lo que sucedía a su alrededor, pues su castillo político de su mágico mundo de color se derrumbaba.
Primero fue su regidor número uno, conocido por todos como Peter PAN Martini, decidió renunciar a su puesto en la mesa redonda e irse a un reino más grande.
Y quedó el camino libre para que dos hadas malignas se encontraran en la mesa redonda, antes conocida como Cabildo, y desde hay planearan hacer lo que Quique no podía porque vivía encerrado en su mágico mundo de color: gobernar.
Así, en la mesa redonda se encontraron las hadas Norma y Yesenia, quienes ante el vacío de poder dejado por Quique, empezaron a gobernar el municipio.
Pero Quique, víctima de la maldición, no veía nada y creía que todos lo obedecían.
Cegado, tampoco vio como su gabinete se le desarmaba. Primero el ministro de educación, luego el de Servicios –quien por otra parte, trabajaba muy mal-, le siguió el del ministerio de Información y el colmo fue cuando se fue el ministro de Economía, aunque se afirma que éste se fue antes de que estallara una bomba por el desacertado manejo de
Pero Quique no se dio cuenta de que se iba quedando solo, pues las hadas siempre se encargaban de reforzarle el engaño de que todo iba bien.
Y en cambio, afuera de palacio, el pueblo cada vez se molestaba más y más.
Esta Historia es completamente ficticia, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Imágenes tomadas del semanario El Reloj
Etiquetas: Fabulas de Quiquelandia
2 Comments:
Si no mal recuerdo, "Kike Disney" fue en su momento un severo crítico del accionar de su antecesor Javier de Tranza ´(perdón, De la Vega) Velázquez, pero jamás imaginó que en la política, como en la vida diaria, no se debe escupir hacia arriba, porque tarde o temprano (y por lo regular siempre es más temprano que tarde), el escupitajo cae en la cara.
El gobierno de "Kike Disney" ha sido un rotundo fracaso, véase por donde se le quiera ver. La decepción es casi generalizada y hoy, al igual que con Javier, muchos de los que votaron por el imberbe médico zootecnista, hoy se dan de topes en la cabeza, reconociendo tristemente su equivocación.
A falta de "tamaños" y determinación, el presidente municipal se ha visto ya rebasado por la ambición desmedida de cuatro brujas disfrazadas de "hadas" que solo le están dando en la madrina a la administración y el municipio.
Tres regidoras de su partido (Norma, Yesenia y Evangelina), así como la "flamante" secretaria de (des)planeación han tomado las riendas del gobierno para hacer y deshacer a su libre antojo, mientras que el gabinetazo de "Kike" se desmorona por quién sabe qué razones (justificables o injustificables).
Al margen de todo eso, los regidores que deberían tomar cartas en el asunto, como "Don Susanito Someyera y Peñafiel", alias Raúl Tapia, se conforman con asistir únicamente a las sesiones de Ayuntamiento, para continuar después (y el resto de los días) atendiendo su despacho. ¡Vaya desfachates!
Aunado a ello, los miembros del gabinete hacen como que trabajan y en su afán por conservar la chamba de tres años, se dedican a complacer y sonreirle a las "hadas madrinas".
Esa es parte de la realidad que afuera del Palacio Consistorial se observa y la tónica parece que empeorará.
¡Ay, Enrique, qué decepción tan grande para un municipio tan noble como el de Sanjo!... A hincharse las bolsas con el dinero del pueblo, no hay de otra.
INSOLENTE
En primera instancia no se como me tome el tiempo de leer semejante relato y mas aun, de regalarles el siguiente comentario.
En segunda, si es cierto que cada administracion llena de espectativas cada vez mayores comparadas con aquella que le antecede, tambien es cierto que quienes no han sido educados en el civismo ni en la politica carecen de fundamentos y envian tan nefastos comentarios en vez de propuestas y realidades, criticando constructivamente lo que por supuesto es tan importante como un municipio.
Es tal la calidad humana y profesional que ustedes tienen que tan pobre es su manera de expresarse y seguramente de no poder pertenecer a una administracion publica, claro! con que intelecto no?...
Lo unico realmente lamentable es el cristal con el que miran... y mas,la nula participacion y poder que tenenmos los ciudadanos para dejar de permitir que se nos llame "PUEBLO" y que se nos de un lugar e informacion oportuna y realmente reelevante, por ser lo que somos... ciudadanos.
Mary
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