El PAN quiere ser como el PRI
El PRIAN sí tiene quien le escriba
El PAN me encanta porque es un partido con ansias de superación. No le basta con ser el PAN que, como quien dice, tiene su chiste pero a los panistas ya les resulta poca cosa. Ahora está decidido a ser como el PRI. No el de ahorita que es muy deprimente y decadentista, sino aquel entrañable viejo partido tricolor del carro completo, del que se mueve no sale en la foto; el del no somos ni de izquierda ni de derecha sino todo lo contrario; el PRI que, gracias a sus encantos, se apoltronó 70 años en el poder como lo que se conoce bajo el muy vargasllosiano término de La dictadura perfecta.
Y bueno, tamaña aspiración tiene su lógica; después de tantas concertacesiones con los priistas los del blanquiazul no pudieron resistir la tentación y han terminado seducidos, cual féminas en película de Mauricio Garcés (el PRI los trae muertos), por sus muy folclóricas formas de hacer política, cuyas bondades son contundentes e inobjetables con roqueseñal incluida.
Por eso hoy, hoy, hoy, vemos al PAN, con Calderón por delante, empeñado en superar al PRI en materias donde los choznos de don Plutarco parecían imbatibles como la proliferación de orgullos del nepotismo, la consolidación de riqueza inexplicable y, en la cúspide de sus logros, el alza indiscriminada de la canasta básica a niveles que casi nos hacen añorar el horror de diciembre, la renovación moral de Miguel de la Madrid y la defensa perruna del peso del entrañable López Portillo. Conseguir que las tortillas, tan humildes y tan vilipendiadas por la cultura de la anorexia tan de moda en nuestros días, se transformara en un santiamén en un objeto de status, es uno de los logros más salinistas y sorprendentes de los blanquiazules. Sobre todo si pensamos que, en un esfuerzo por demostrar que son más necios que los del Cruz Azul que se niegan a reconocer su vergonzosa debacle futbolística, no sólo salieron buenos para la alquimia electoral sino que han puesto a la tortilla a un nivel que hasta los Beckham encargaron varios kilos para saciar sus ansias metrosexuales.
Ya en el colmo de la transmutación genética, el PAN tiene su propio ex presidente incómodo y, para rematar, en Guerrero ha organizado un compló carnicero donde como la perra es brava, hasta los de la casa muerde.
Aunque no hay nada más difícil que vivir sin PRI y México tan generoso, ¿podrá sobrevivir a dos PRI’s, el original y su copia al carbón? (carbón, dije carbón).
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