Ciudadano Iturbidense

Otra mirada a la actualidad de San José Iturbide, Guanajuato.

enero 04, 2007

Calderón: ¿Eliot Ness o Al Capone?

Tomado de Milenio.


Existen millones de indicios para sospechar que FelIFE Calderón ya negoció (quizá desde los remotos tiempos en que lo destapó el PAN) con un poderoso cártel del narco (lo cual me parece de lo más normal, pues independientemente de que eso genera una pacificación que se hacía urgente después de los sangrientos años foxistas, es mil veces preferible que te pongan una bonificación a que te quiten la cabeza).

Pero como dijo el Mochaorejas: “vamos por partes”. En primer lugar, recordemos que pelonete no es una blanca palomita. Una nota de José Juan de Ávila y Sergio Javier Jiménez, publicada el 6 de abril de 2006 en El Universal, reza: “Calderón se reúne con guerrilleros de Centroamérica”. ¿Cuál sería su interés en establecer esos contactos? Pensemos un segundo en los linchamientos de Tláhuac, DF, (supuestamente provocados por el EPR); la represión a ejidatarios (con todo y lujo de violaciones sexuales) en San Salvador Atenco, Edo. de Mex.; las violaciones a los derechos humanos de integrantes de la APPO en Oaxaca, y las indignantes torturas a los promotores del voto perredistas en las pasadas elecciones tabasqueñas (forzándolos a confesar que “eran desestabilizadores”). ¿No suena a que el clima hace necesaria la mano dura y el fortalecimiento de un poderoso gabinete de seguridad? A la derecha yunquista le conviene fabular una “guerrilla izquierdosa” para justificar que las fuerzas armadas se desvíen un poquito del narco (pasado un tiempo razonable) hacia cualquier posibilidad de disidencia política. (De hecho, Calderón dijo que “lucharía a muerte contra el terrorismo”. ¿Cuál terrorismo? ¿Han visto algún talibán últimamente?)

En la estupenda cinta Los intocables, de Brian de Palma, un anciano policía callejero (interpretado por Sean Connery) le dice al legendario agente federal Eliot Ness (caracterizado por Kevin Kostner): “¿Quieres atrapar a Al Capone? Todo mundo sabe donde vive, el problema es ver quién se mete con él”.

Héctor Aguilar Camín ayer recordó aquí muchos nombres afamados: Joaquín Chapo Guzmán, Osiel Guillén, Vicente Carrillo Fuentes y los Arellano Felix; estoy seguro que cualquier morrillo norteño sabe a qué taller mecánico llevan sus trokas y donde saborean los mejores aguachiles. Es ridículamente patético movilizar chorrocientos elementos, aeronaves, patrullas oceánicas y hasta diez binomios calófilos (¡ay güey!), para arrestar dos que tres pistoleros, decomisar algunas AKA 47 y un costal de mota. Por favor.

Además, el negocio fuerte no está en los plantíos que el Ejército quema heroicamente frente a las cámaras de televisión, sino en grandes la-bo-ra-to-rios. ¿Cuándo, en esta gesta demagógica, han dado con uno? Los invito a meditar sobre el asunto, mientras me fumo un relajante churro de cannabis.

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