Ciudadano Iturbidense

Otra mirada a la actualidad de San José Iturbide, Guanajuato.

noviembre 07, 2006

Muy buena la Yerbamala de Correo el día de hoy. Leánla

Yerbamala
Martes, 07 de Noviembre de 2006
  • El caso de Jaime Oliva o la tentación de la opacidad

1.- CONTIGO VAMOS. La designación de Jaime Oliva Ramírez, hermano mayor del gobernador del estado, Juan Manuel Oliva Ramírez, como coordinador de asesores del secretario de Finanzas, es una decisión que levanta profundas inquietudes en el arranque de la nueva administración.

El puesto escogido para ubicar a quien ha sido desde hace algunos años el más fiel y cercano colaborador político del actual mandatario, se convirtió en las últimas administraciones en un lugar clave.

La coordinación de asesores del secretario de Finanzas, se asumió como el espacio de análisis temático y de líneas de acción para enfrentar las coyunturas a las que se enfrenta la dependencia y el gobierno en su conjunto, en el aspecto administrativo y fiscal.

Así, en tiempos de paquete fiscal ahí se elaboraba la estrategia para presentar las leyes de ingresos y el presupuesto, así como la previsión táctica de los cabildeos con los diputados de todas las fracciones.

Cuando se daba una iniciativa especial, como el establecimiento de un nuevo impuesto, la decisión de realizar un cambio de placas o la posibilidad de un recorte administrativo, era la coordinación de asesores quien soportaba el peso del trabajo de escritorio y la construcción de escena-rios.

Por lo menos en dos de las más recientes gestiones de titulares de Finanzas, la de Luis Mario Aguilar y Maya y la de José Luis Romero Hicks, los encargados de ese puesto fueron profesionistas con estudios de postgrado.

Así ocurrió con Carlos Díaz Ábrego y con Javier Luna López, quienes si bien dieron distintos rendimientos, sin duda ambos llenaban el perfil del puesto.

En el caso de Jaime Oliva Ramírez, hasta el momento se desconocen las razones por las que el secretario de Finanzas, Gustavo Adolfo González Estrada, decidió invitarlo a colaborar con él, en una decisión para la cual el gobernador del estado “no movió ni un dedo”, según declaró públicamente el propio mandatario.

Cabe señalar que la manera en que un alto funcionario maneja su staff personal, como sería el caso de un coordinador de asesores, puede variar, modificando con ello el perfil.

Sin embargo, en relación a un tema tan delicado como la contratación de un consanguíneo del titular de un Poder, y en atención a la nueva cultura de la transparencia que avanza con todo y eventuales tropezones, sería muy sano conocer los pormenores de la decisión del secretario.

En medio de la lucha burocrática que a menudo y con toda naturalidad acontece en los gabinetes ejecutivos, sería incluso del interés de los otros integrantes del equipo gubernamental tener esta información, para saber si el fichaje de un hermano del patrón no le otorga al funcionario que lo efectuó una línea de comunicación extraoficial y directa con el jefe, que pudiera facilitar acuerdos y otorgar ventajas.

Por otra parte, conociendo la operatividad del propio Jaime Oliva, su conocimiento profundo de la larga campaña realizada por su hermano, el hoy gobernador, así como los diversos compromisos establecidos en ella, sería interesante saber cuáles serán sus nuevas funciones, a fin de que no termine convertido en un auténtico ministro sin cartera, que incluso relativice o minimice a quien aparece como su jefe inmediato, al conocer la agenda política personal del gobernador y gozar de la posibilidad de acuerdos directos con él.

Si algo sería sano desterrar en la nueva etapa política de Guanajuato, es la vieja costumbre de la discrecionalidad, donde muchas de las decisiones importantes del gobierno se toman bajo cuerda de la ley y buscando resultados pragmáticos que en ocasiones nada tienen que ver con los fines y las metas públicamente declaradas y comprometidas en los planes y programas gubernamentales.

Por eso el interés en conocer los pormenores de la contratación del hermano del gobernador, de manera que se honre su palabra en el sentido de que no ha tenido nada que ver en la designación.

Si Jaime Oliva llena el perfil y se merece el cargo; si cuenta con la capacidad para aportar y entregar resultados; si está en verdad dispuesto a actuar como un funcionario más, disciplinado, eficaz y leal a su jefe directo, entonces seguramente nada deberá permanecer oculto en esta designación, altamente significativa por su contexto.

Juan Manuel Oliva, un gobernante con gran legitimidad democrática que quiere iniciar con el pie derecho su mandato, tendría que ser el más interesado en que las cosas cayeran por su peso.