Ciudadano Iturbidense

Otra mirada a la actualidad de San José Iturbide, Guanajuato.

julio 17, 2007

De los editores

Respondiendo al post “Cuestión de perspectivas

Agradecemos el tiempo que te hayas tomado en escribirnos unas líneas y pedimos una disculpa por tardar tanto tiempo en responder pero nuestras ocupaciones laborales no nos habían permitido tener tiempo libre para reactivar el blog. Superados esos escollos, continuamos.

Se afirma en un post lo siguiente (las faltas de ortografía vienen así en el original):

“solo he observado "criticas", que en lugar de ser constructivas, se desprenden de la paranoia desquiciada por personas narcisistas, que no aceptan que los Gobiernos, generalizando, han tenido, tienen, y tendrán errores perfectibles… mi perspectiva solamente se base en lo poco o mucho que he estado leyendo en este espacio virtual, creo además que la intención de este espacio es solamente dañar la imagen de un Municipio; que es cada vez mas homogenizado en sus tradiciones y costumbres…”


En primer lugar, no existe la crítica positiva ni la destructiva sino simplemente la crítica sin adjetivos. La Real Academia de la Lengua Española la define en su octava acepción así: “f. Examen y juicio acerca de alguien o algo y, en particular, el que se expresa públicamente sobre un espectáculo, un libro, una obra artística, etc.”
Por tanto, es un absurdo hablar de “crítica constructiva” y su presunta contraparte la “crítica negativa”. El papel de la crítica es fundamental en una democracia. Si no hubiera democracia, esto se convertiría en una dictadura. Quizá moleste a los gobernantes, pero si estos saben escuchar y leer con atención puede servirles para corregir, sobre todo en un medio político en donde quien ejerce el poder cree convertirse en automático en un pequeño rey (o rey chiquito, para recordar al personaje del monero Trino) que impone su estilo personal de gobernar (según Cosío Villegas) y que vive en el autoengaño creyendo que gobierna de maravilla.
Si a eso le agregamos la lambisconería (baste recordar la anécdota cuando el presidente de la República Plutarco Elías Calles preguntó la hora, un barbero secretario le respondió “las que usted guste señor Presidente”, diálogo recuperado en la gran novela de Carlos Fuentes “La región más transparente del aire”), provocan que quien ejerce el poder viva en el más absoluto engaño.
Por ello, es fundamental el papel de la crítica hecha por los ciudadanos. Y es sano que se levante un debate acerca del papel de los gobernantes, propósito que tuvimos al crear este sitio gratuito colgado en internet.

Finalmente, si no se cuestionara al gobierno, México seguiría siendo una colonia española y nos llamaríamos Nueva España y San José Iturbide se llamaría San José Casas Viejas.
Segundo: que si nuestros comentarios se desprenden de la “paranoia desquiciada por personas narcisistas” pues es tu diagnóstico pseudospsicológico. Esperemos hayas comprendido bien los términos en tu materia de fundamentos de psicología, porque si no, recomendaría recursarla.
Tercero: dices que los gobiernos tienen “errores perfectibles”. Espero también hayas comprendido que quisiste decir con eso porque perfectible significa capaz de perfeccionarse. Entonces según tu afirmación, todos los errores del gobierno se pueden perfeccionar, es decir, volverlos unos errores perfectos, impecables. Unos grandes errores en pocas palabras

Quizá lo que quisiste decir es que todo gobierno tiene errores corregibles. Hay que saber lo que se dice.

Cuarto: Dices: “creo además que la intención de este espacio es solamente dañar la imagen de un Municipio”. Esto es un grave error de apreciación producto de una falta enorme de cultura política. Cuestionar al gobierno no es cuestionar al municipio ni a su gente. Es como afirmar que uno le desea que le vaya bien al alcalde porque así le irá bien al municipio. Nada más lejos de la realidad y que evidencia una añoranza por la estructura de poder monárquico en donde el destino del país dependía del rey. Vivimos en una república, en donde el gobernante debe de ser tan sólo el “primus inter pares” (primero entre iguales) y por tanto, tiene que rendir cuentas y es susceptible de ser cuestionado. Afirmar que atacar al gobierno es atacar al municipio, es un pensamiento conservador que ya fue superado hace siglos.

Por cierto, para ilustrar lo falso que es esa dicotomía entre la suerte del gobernante y su pueblo, baste recordar que a Carlos Salinas de Gortari le fue muy bien como presidente, su fortuna se incrementó, la pregunta es ¿le fue bien al país?

Cinco: Dices que San José Iturbide es un municipio “que es cada vez más homogenizado en sus tradiciones y costumbres”: Espero también hayas comprendido lo que quisiste decir con eso. ¿Tradiciones y costumbres homogeneizadas con respecto a qué? Homogéneo significa que es igual, uniforme, sin matices. Bajo tu lógica, ¿homogéneo a la cultura estadounidense? ¿A la europea? Es una idea sin terminar, más bien producto de una sumatoria de palabras domingueras para apantallar a quienes verdaderamente desconocen los términos.

Seis: Reconoces que ignoras las cuestiones fundamentales de tu municipio e incluso creíste que El Salto era representativo de San José cuando está en Tierra Blanca. Eso sólo evidencia la carencia de argumentos tanto teóricos como prácticos en tu post. Ahí sí ni como ayudarte. Quizás deberías de leer más y tratar de conocer en realidad a tu municipio porque sitios representativos hay muchos. Te pongo un ejemplo: Puerto de Carroza, ahí se libró una batalla entre insurgentes y realistas en la Guerra de Independencia.

Séptimo: Afirmas que en “este municipio, en lugar de haber un presidente, hay como 60,000 (estimación aproximada de habitantes). Solamente me resta decir: dejemos de ser presidentes, y pongámonos a trabajar por el bien de la colectividad.”

Exageras sin duda, descontemos a los menores de 18 años, con lo que nuestra cifra se reduciría a 35 mil más o menos. Y no es que todos los iturbidenses deban sentirse presidentes, sino que el ciudadano responsable sabe que en una democracia su participación política no termina sólo en el simple acto de ir a votar, sino que escudriña y exige una rendición de cuentas claras. Una ciudadanía apática es veneno para la democracia. Una ciudadanía activa, corrige los excesos y errores de los gobernantes.
Por otra parte, agradecemos tus cuestionamientos. Eso nos hacen mejorar y nos comprometemos a no dejar tan abandonado el blog, pero ustedes saben, para quienes laboramos en las empresas recién instaladas, a veces la mitad de año y en el final de éste, la carga de trabajo se incrementa. Pero hemos regresado con nuevos bríos.
Por cierto, la semana entrante, seguiremos con el análisis de nuestra decadente clase política que una vez más demuestra no estar a la altura de lo que este municipio es. Y lo peor es que se quieren volver a postular para ser alcaldes.

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